Francia pone a prueba el pago por ir al trabajo en bicicleta

¿Se acuerdan de que avisamos en su día de que en Francia no iban (todavía) a pagar por ir al trabajo en bicicleta? ¿Y de que lo estaban evaluando? Pues ahora la cosa empieza a funcionar.

Del 2 de junio y hasta noviembre entra en marcha en Francia una prueba del pago de gastos por desplazamientos en bicicleta, de forma muy controlada. De momento participan 19 empresas y organismos públicos que cuentan con unos 10.000 empleados. Dos tercios de estos corresponden a una sola empresa, la mutua de seguros MMA, con sede en Le Mans; hasta la fecha, solo el 2,6% de sus trabajadores acude en bicicleta al trabajo. El gobierno francés ha publicado una lista completa de las empresas que participan.

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La noticia, en francés, en el blog de Olivier Razemon (Le Monde).

Los empleados que participen recibirán 25 céntimos por Km recorrido, una cifra comparable a la que cobrarían si fueran en coche -dentro de lo que permite comparar la compleja normativa francesa al respecto, que funciona por tramos y no se aplica a todos los trabajadores por igual-. El gobierno francés ha anunciado que al término evaluará:

  • la evolución del porcentaje de desplazamientos que se hacen en bicicleta entre el trabajo y el domicilio;
  • los modos de desplazamiento que se abandonan para pasar a la bicicleta;
  • los factores a favor y en contra de la eficacia de la medida;
  • y la organización material que se ponga en marcha en las distintas estructuras.

Si la prueba funciona, se lanzará una segunda a mayor escala. En diciembre de 2014 veremos qué tal ha resultado. El éxito no está garantizado; la adopción de la bici depende también de la voluntad de ayuntamientos y organismos públicos, que deben trabajar por la seguridad y comodidad de los ciclistas, ya sea mediante creación de infraestructuras (aparcabicis, en su caso vías específicas, señalización adecuada…) o mediante campañas de concienciación de los usuarios.

Con todo, parece sensato lanzar una prueba primero y evaluar después qué funciona y qué falla. Si se hace bien, la recogida de datos y evidencias permite conocer si compensa o no dedicar el dinero público -suyo y mío- a una iniciativa como esta, o no, para al fin tomar decisiones políticas basadas en criterios técnicos. Y además, si hay errores o puntos de mejora, se podrán corregir si se decide aplicar a gran escala.

Buena suerte.