Se puede vivir sin coche (I)

Quizá no todo el mundo pueda a día de hoy hacer su vida sin coche, pero igual que la de Melissa, en España hay familias que viven sin coche por elección propia.

Cecilia, a la que podréis encontrar también en Twitter o en su blog Belleza en bici, nos cuenta cómo y por qué su familia prefiere vivir sin coche.


Se puede vivir sin coche: el porqué

Cecilia (@looking4green)

Los medios de transporte más usados por la familia de Cecilia
Los «medios de transporte» más desgastados por la familia de Cecilia

Soy Cecilia, tengo 33 años, trabajo, estoy casada y tenemos un hijo de casi cuatro años. Vivimos en Madrid y no tenemos coche. Me apetece compartir nuestra experiencia para que la gente sea consciente de que es una posibilidad como otra cualquiera, y de que se vive bien y se es feliz sin coche. No tener coche no es un drama: para nosotros es una opción meditada y deliberada, una manifestación de nuestra forma de pensar y de cómo queremos vivir nuestra vida y educar a nuestro hijo.

No somos ricos, pero a costa de vivir en un piso muy pequeñito vivimos en el centro, lo que facilita las cosas. Y estamos bien así: por movilidad y calidad de vida nos compensa. Entiendo que en un pueblo quizá sería imposible vivir “una vida moderna” sin coche, a no ser que las comunicaciones en transporte público fueran buenísimas y hubiera muchos ciclocarriles entre pueblo y pueblo. Estoy dando ideas, ojo. Y todo es hacerse a la idea.

Cuando comento que no tengo coche, mucha gente pone cara de pena. En serio. Parece que si no tienes coche es porque no puedes, “pobrecitos, no les dará el dinero. Y por eso llevarán el niño a la pública…” Lo que de verdad ocurre es que con nuestro dinero hacemos una gestión consciente y tomamos decisiones conforme a nuestra forma de pensar. Según la persona con la que esté hablando y si viene al caso, me tomo la molestia de plantar semillita explicativa (“no, si es porque lo preferimos, no veas que bien sin coche, es mucho más cómodo porque tal y tal…”) o no. Nosotros somos felices sin coche porque es una decisión coherente con nuestras ideas, que si quieres, puedes definir como slow, ecologistas, o llámalo x, que cada cual puede adaptar a su vida como pueda o quiera.

Quien necesite otras razones, que piense en su dinero. Como dice mi marido, tener un coche es poner tus ahorros en un trasto de metal que luego dejas en la calle toda la noche. Además del préstamo que sigues pagando durante años, tiene toda una serie de gastos asociados: gasolina, impuestos, alquiler o compra de garaje, pago del aparcamiento de destino, reparaciones, seguro, ITV, etcétera. Y encima, cuando dejas de pagarlo, lo que tienes en ese momento es un trasto viejo, que estás deseando cambiar por otro nuevo pero no puedes. Por no hablar de si tienes un accidente y aún no lo has terminado de pagar… Por todo ello, ¿no es mejor usar tu dinero para otras cosas y mejor caminas, vas en bici o usas el transporte público?  Se me ocurren un montón de cosas mejores en las que gastar tu dinero que en tener un coche en propiedad: experiencias, viajes a-lo-grande, mejorar tu alimentación consumiendo productos de cultivo ecológico, aportar a una causa en la que creas, ahorrar para planes de futuro, para los estudios de tus hijos… Y si te hace falta, muy de vez en cuando puedes usar un coche de alquiler, un servicio de car-sharing, coche compartido con compañeros de trabajo que hagan tu misma ruta, o se lo pides prestado a un familiar, o a ese vecino que siempre te pide que le arregles el ordenador o le prestes tu máquina de coser. Son conceptos de consumo colaborativo que tienen que empezar a ser sinónimo de modernidad e inteligencia, no de pobres, jipis o raros, que es como nos ve mucha gente.

Cuando mi marido y yo nos conocimos, yo me estaba sacando el carnet de conducir. Él no tenía, no tiene, y creo que nunca lo tendrá. Yo lo hice por practicidad, porque no consideraba comprarme un coche. Cuando nos casamos, algún familiar se ofreció a pasarnos uno “de segunda mano que está fenomenal, y luego ya dentro de un tiempo os compráis otro”. Declinamos el ofrecimiento amablemente.

Cuando nació nuestro hijo, nuestro entorno aumentó un poco la presión pro-coche. Nos intentaban convencer de que era imposible ser padres en Madrid sin tener coche, que éramos unos raros. Es verdad que ir con un bebé en transporte público necesita, digamos, paciencia y nervios de acero. Pero al salir del hospital tras nacer, mi hijo viajó a nuestra casa en mochila portabebés, en metro. Y no pasó nada, oye. Como verás en el siguiente post sobre nuestra vida cotidiana, se puede vivir sin coche en Madrid.

¿Qué pienso del uso del coche en la ciudad? Que es un estorbo. Las ciudades pensadas para los coches son incómodas para las personas. Las calles están llenas de plazas de aparcamiento, y eso hace feo y quita espacio para otras cosas más amables y útiles, como árboles, aparcabicis, bancos para sentarse… A veces miro la ciudad y sólo veo coches y humo, cuando podría restringirse el tráfico rodado en el centro, favorecer y mejorar realmente el transporte público, hacer todo zona 30…

Me gusta soñar con un Madrid con muchos menos coches, con más gente caminando y en bicicleta, adaptado realmente a ciudadanos con discapacidad, con más árboles, plazas y parques infantiles… Me gustaría, quizá, que volviera el tranvía, y que todos los autobuses fueran pequeñitos y eléctricos, tipo los antiguos ómnibus, no esos monstruos enormes que tenemos ahora, que son un peligro para las bicicletas. Me encantaría que la gente no tuviera coche, o fuera una rareza a extinguir, y que hubiera un servicio público de coches híbridos o mucho mejor, eléctricos, que los ciudadanos pudiéramos usar de manera puntual o para irnos de fin de semana. Y que fuera legal tener paneles solares para cargar nuestros vehículos, por ejemplo. Que los niños pudieran ir realmente en bicicleta por su ciudad. Que el reparto de productos, en general, se hiciera en bicicletas cargo o camioncitos…

¿Son ideas muy locas? A mí me gusta fantasear con estas cosas :-))


Puedes leer, si lo deseas, la segunda parte: cómo vivir sin coche.