Se prohíbe ir en bicicleta sin casco

***Noticia de 2013: desde entonces, la situación ha cambiado. Consulta la legislación actual para ciclistas en España.***

Eso es lo que quiere la Dirección General de Tráico: prohibir de facto la circulación de ciclistas sin casco en todas las vías del país. Promover el uso del casco es una cosa; querer imponerlo so pena de multas, otra bien distinta.

Más allá de las múltiples consideraciones en contra de la obligatoriedad, de asociaciones ciclistas, de fabricantes de bicicletas, de que existan recogidas de firmas en su contra, declaraciones institucionales de ayuntamientos de variado color político (Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Murcia, Burgos, Logroño…) y oposición política de todos los grupos salvo el Partido Popular, a nosotros lo que más nos preocupa es que se transmite una idea equivocada del ciclismo urbano.

En la inmensa mayoría de ciudades de este país, que (afortunadamente) no se compone solo de Madrides y Barcelonas, usar la bicicleta como transporte cotidiano es una actividad segura, cómoda y rápida. Y la legislación que se quiere imponer afectará a todo el país por igual.

Nos parece injusto que a estas señoras de Caparroso, por ejemplo, les impidan desplazarse a no ser que lleven casco. ¿Ustedes creen que seguirán usando sus bicicletas con la misma tranquilidad? A nosotros nos parece que es muy probable que dejen de usarlas.

Y eso es una pena muy gorda.

Hay muy pocas regiones en el mundo donde el casco sea obligatorio y verdaderamente se obligue con multas a usarlo: Australia, Nueva Zelanda, Vancouver (Canadá) y poco más. En Finlandia, Islandia y otras zonas, la obligación no se ejerce, por no existir multas u otros motivos.

En donde sí se ejerce, el efecto principal ha sido la caída en su uso. De hecho, en Israel y Ciudad de México las normativas de obligatoriedad acabaron por eliminarse para facilitar la promoción de la bicicleta.

No nos apetece nada que España tenga que cometer los errores de otros para luego darse cuenta, como si fuera un adolescente. Está en nuestra mano evitarlo. ¿Podremos?