Una bici típicamente holandesa (opafiets): Gazelle Primeur

Hoy os traigo una bici que me encanta y es una de mis favoritas para uso urbano. Es una Gazelle Primeur de 1993, con cambio interno Sturmey Archer de tres velocidades.

Los holandeses les llaman «omafietsen» (singular, «omafiets») a este tipo de bicis cuando llevan cuadro «de mujer» (realmente, de barra baja), y «opafietsen» (singular, «opafiets»), cuando son «de hombre» (realmente, de barra alta). Es decir: bicis de abuela, o de abuelo. Hace ya unos años, Melissa Bruntlett nos contaba cuatro cositas sobre este tipo de bicis en esta misma web. A mí personalmente me resultan más cómodas las de barra baja sea cual sea tu género, porque levantar tanto la pierna cuesta igual aunque no prefieras no llevar falda, pero es cierto también que los cuadros de barra alta tienen alguna ventaja en rigidez y durabilidad. Por abundar en el tema, en Japón también llaman «mamachari» («bici de mamá») a este tipo de bicis con barra baja, utilitarias, para llevar a la prole, la compra, lo que haga falta.

El cambio solo es de tres velocidades, que en mi ciudad hace la labor, pero si vives en un sitio con muchas cuestas quizá se quede corto. Los desarrollos, pensados para la planicie de los Países Bajos, son larguísimos y permiten ir bien ligeros, a costa de que las cuestas cuesten.

El cuadro es de acero, nada de materiales exóticos. A veces se oxida, pero es muy resistente y fácil de reparar si llega el caso. O simplemente dejar que se vaya pudriendo, que total, el acero se toma su tiempo en autodestruirse. O eso parece.

Como es norma en esta casa, lleva los pertinentes guardabarros, la cadena totalmente cerrada dentro de un protector, su dinamo, luces y reflectantes delanteros y traseros.

De origen trae además un inflador y un candado de cuadro de la marca Axa, muy práctico para paradas cortas.

Pero lo que más me gusta de esta unidad, que como veis trae casi todo de origen, son los pequeños detalles. Las tuercas y detalles de fondo rojo con el logo del fabricante, el sillín y las empuñaduras personalizados, las calcomanías y decoraciones.

Los frenos son más o menos convencionales: frenos de tambor (a veces llamados de rodillo) de marca propia, si bien creo que la fabricación realmente la hacía también Sturmey Archer, igual que el cambio. Salvo catástrofe térmica o nuclear, probablemente los frenos me sobrevivan sin tener que hacerles casi nada, quizá algún ajuste de tensión. Aunque internamente los materiales que friccionan y permiten frenar sufren desgaste, normalmente no es necesario cambiar nada, al menos en un plazo de vida útil razonable de, vamos a poner, 30 o 40 años. Quizá mis nietos o bisnietos, si es que la bici sigue por ahí, tengan que cambiarles algo.

Aunque conservo las lámparas originales, para usar esta bici las voy a cambiar por otras más modernas con LED (que brillan y duran un poco más) y en el caso de la luz trasera, una con condensador o función de luz de posición, muy útil porque te hace visible incluso en parado. Las antiguas (de bombilla) funcionan también, pero las bombillas no lucen tanto y a veces se funden. Los LEDs, en sí mismos, no suelen fallar; lo que suele dar guerra es alguna otra cosa en el resto de la lámpara (las fijaciones, soldaduras…) Aquí os pongo las originales, que fotos de luces nuevas se pueden encontrar en muchos sitios.

Las ruedas, en este modelo de talla 57, son de 28″ y aún conserva una cubierta de origen Gazelle Impala Sport (que hay que cambiar, lo sé). Por lo demás, con hincharlas de vez en cuando, suficiente. Como las llantas no tienen que rozar con las zapatas para frenar, son de acero inoxidable brillante y llevan una especie de moleteado muy elegante.

Sé que es de 1993 porque escribí al servicio de atención al cliente de Gazelle con el número de serie, y lo buscaron. Y tuvieron la gentileza de enviarme también la página del catálogo de ese año en el que aparecía este modelo. No hablo holandés, pero creo que se trata del modelo TK3 en color «smaragd groen / zilverwit combi 007/076». Y como dice Gazelle en el catálogo, efectivamente, es una bici «para todos los días» (alledagfiets!).

Tan para todos los días que a sus respetables 31 años ahí sigue, en uso, con una silleta de niño o una cesta cuando hace falta, lista para ir a sitios sin hacer ruido ni pedirte mucho mantenimiento.

Esta unidad se vendió en el concesionario Frank Vogels de Moergestel, cerca de Tilburg (Brabante Septentrional, Países Bajos). Y por lo que he podido comprobar, siguen abiertos en la misma dirección que figura en la etiqueta. Si les conocéis y queréis pasarles estas fotos, decidles que funciona fenomenal y dadles las gracias.

Espero que os haya gustado. Si puedo, iré colgando más bicis así, «de las de antes», que da gloria ver. ¡Feliz verano!


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Una bici plegable de transporte: Dahon Vitesse D3

¿A quién no le gusta ver fotos de bicis? A nosotros, desde luego, nos pierde.

Esta bici es una Dahon Vitesse D3 plegable, con cambio interno SRAM T3 – también conocido como Sachs Torpedo. Debe de ser anterior a 2013, porque por entonces, Dahon dejó de montar bujes SRAM para pasarse a Sturmey Archer.

El cuadro es de aluminio 7005 (barato, pero flexible), con una bisagra de diseño exclusivo que solo usan Dahon y sus marcas con licencia (Tern, Nishiki, algunas Conor).

Como buena bici de transporte, cuenta con guardabarros en plástico negro de SKS y un transportín en aluminio.

Le falta para ser una bici perfecta un sistema de dinamo – la iluminación integrada va con pilas.