La responsabilidad social corporativa de Mapfre

Vengo de leer un artículo de prensa. Dice que algunos investigadores esperan que la subida de la velocidad máxima en algunas carreteras a 130 Km/h incremente la siniestralidad. Supongo que es una predicción esperable.

Lo que me asombra es quién la hace y en qué contexto.

El manual de marras, en edición española.
El manual de marras, en edición española. Si les parece caro, sepan que la edición inglesa cuesta aproximadamente el doble.

La pieza parece venir de la presentación de un libro de la Fundación Mapfre, el Manual de Medidas por la Seguridad Vial. Entrevistan brevemente a Rune Elvik, investigador en el Transportøkonomisk Institutt, un centro noruego con financiación pública que se ocupa de la economía y la seguridad en el transporte. El equipo del señor Elvik ha escrito el libro y la Fundación Mapfre se ha encargado de traducirlo al castellano. Por si les interesa, hay vista previa de la edición en inglés de 2009.

Cuando una Fundación dependiente de una empresa hace cosas como esta, quiere que se vean, y envía notas de prensa a todo hijo de vecino. Eso me parece normal. Llaman responsabilidad social corporativa a esto de hacer cosas buenas relacionadas con tu sector de actividad. En teoría, sin esperar nada a cambio.

El problema es que la Fundación Mapfre, en la nota de prensa, cita lo que dice Elvik sobre el aumento de velocidad:

Elvik aseguró que «siempre que se aumenta la velocidad se incrementan los accidentes de tráfico». Según explicó, el conductor se habitúa a determinados límites, velocidad que luego traslada a otras carreteras, infringiendo las velocidades permitidas, incluso en travesías. Es un hecho el alto número de salidas de vía, colisiones y atropellos que ocurren en los primeros kilómetros tras la incorporación desde una carretera convencional.

Y a continuación el Sr. Laria de la Fundación Mapfre expresa sus opiniones sobre la legislación del casco ciclista:

En relación a la reforma de la Ley de Seguridad Vial, el presidente de la Fundación Mapfre, Julio Laria, dijo que deja «un sabor agridulce» dado que «se podría haber aprovechado para avanzar más» en determinados aspectos, como puede ser la seguridad de los ciclistas en las ciudades, «un fenómeno que va creciendo y hemos perdido la oportunidad de tenerlos bien protegidos». «Nosotros presentamos evidencias científicas y al final se tiró por una decisión política», indicó, al obligar solo a los menores de 16 años a circular en bicicleta con casco en vías urbanas.

Me resulta extremadamente curioso que la Fundación Mapfre cite al Sr. Elvik solo para lo que le interesa. No podemos sino agradecer a Mapfre y su Fundación que inviertan en traducir publicaciones de seguridad vial, pero ¿es legítimo que intenten colar su mensaje?

El Sr. Elvik es un investigador muy citado, especialista en seguridad y economía del transporte. Como tal, Elvik aboga por evaluaciones numéricas de las medidas de seguridad propuestas, lo que se conoce como análisis de coste/beneficio, para decidir con base a métricas si una medida es positiva para la sociedad, o no.

Con arreglo a estos datos, que me parece que constituyen evidencia científica, Elvik -justamente Elvik, señor Laria- propone que promover el transporte activo, como caminar o circular en bici, es positivo y seguro para la sociedad, porque el riesgo de accidente no sigue una relación lineal con el número de peatones/ciclistas, sino que disminuye en proporción cuando se alcanza cierta masa crítica, y porque hay beneficios de salud claros cuando la gente se mueve más.

En el mismo sentido, Elvik ha repasado una serie de estudios sobre eficacia del casco ciclista y su conclusión es que no es tan efectivo como aparenta.

Con estos mimbres, ¿cuál sería la postura del Sr. Elvik sobre la obligatoriedad del casco ciclista? ¿Le ha preguntado alguien?

La propia Mapfre en su reseña del libro deja huecos clamorosos:

Los autores también evalúan las medidas relativas al diseño de la vía y a su equipamiento en función de su relación beneficio-coste. En este sentido destacan que los carriles ciclistas, los carriles de giro a la izquierda en los cruces, las rotondas en los cruces, las circunvalaciones y las intersecciones a diferente nivel son algunas de las medidas cuyos beneficios superan ampliamente sus costes.

También enumeran las medidas más efectivas y menos costosas que tienen que ver  directamente con el diseño de los vehículos y el equipamiento personal de seguridad como el cinturón de seguridad y el casco. Encabezan esta clasificación los cinturones de seguridad, cuya relación beneficio-coste es de 31,7. Esto significa que por cada euro que se invierte en este sistema de retención, que reduce a la mitad el riesgo de muerte en caso de accidente, se ahorran casi 32 euros en los gastos derivados de un accidente de tráfico.

Forman parte de esta clasificación, además, los parabrisas laminados, con una relación beneficio-coste de 30; el casco de motocicleta (17,2), el control inteligente de la velocidad (entre 3,7 y 16,7), y las luces de conducción diurna para automóviles (2,5), que todavía no son obligatorias en España, entre otras.

¿Qué medida brilla por su ausencia en este resumen? Quizá porque tampoco se considera buena en el libro, digo. ¿La obligatoriedad del casco ciclista, tal vez? Porque en la edición inglesa, se evalúa la eficacia del casco ciclista en términos no muy favorables.

The handbook of road safety measures, p 593, table 4.10.2: Efects on injuries of wearing bicycle helmets.
The handbook of road safety measures, p 593, table 4.10.2: Efects on injuries of wearing bicycle helmets.

Si quería evidencia científica, el Sr. Laria podría haberle preguntado a Elvik, sin ir más lejos. A lo mejor se llevaba una sorpresa. Y si lo que quiere Mapfre es que se vea su programa de responsabilidad corporativa, cosa que es legítima, podría limitarse a anunciar lo que hace la Fundación Mapfre, sin introducir opiniones espurias -como lo del casco- en las notas de prensa que envía. Menos aún cuando el autor ha enviado indicios de soportar la opinión contraria en sus escritos públicos. Como mínimo, por respeto a este autor.

Alicante: cierra Alabici, el servicio de bici pública

No hace tanto hablábamos del PICA de Alicante como ejemplo de buenas ideas de promoción ciclista, dentro de los ejemplos que facilitaba la DGT de Pere Navarro a los Ayuntamientos interesados en conocer buenas prácticas. Pues bien, aunque al PICA las asociaciones locales de la bici le reconocen parte de acierto, parece que no ha sido suficiente para salvar el servicio de bici pública de Alicante, llamado Alabici, que cierra a partir del 28 de marzo.

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La versión oficial sobre el cierre habla de descenso de abonos y vandalismo rampante para justificar la decisión, como informa El País. Pero parece que el diseño del sistema y las características de las bicis no eran idóneos: según indica Alacant en Bici en el mismo artículo, las bicis eran frágiles, no se llevó a cabo un mantenimiento adecuado, había pocas estaciones (que tampoco se reparaban) y no se publicitó correctamente el servicio. Así, desde su punto de vista, era imposible alcanzar la masa crítica necesaria para mantenerlo, por su mal diseño. Fuentes políticas (Compromis per Alacant) señalan que los carriles bici no están interconectados, que el Ayuntamiento dejó de financiar debidamente el servicio y que los trazados de algunos carriles no resultan cómodos.

Por otra parte, desde el diario Información de Alicante indican que la mala situación financiera del Ayuntamiento provocó en enero de 2014 la renuncia a una subvención de la Generalitat destinada a este mismo servicio. Así que pesarían muchos factores, seguramente.

Ya hemos indicado alguna vez que nos parece preferible no gastar nada en infraestructuras a hacerlo mal. Hay que planificar bien y sin prisa. Si se hace mal en una primera fase, al final se dobla el coste (si hay que corregir una mala actuación inicial) o peor, se abandona la infraestructura y se ha tirado el dinero, el suyo y el mío, compañero contribuyente. Otra opción interesante es plantear intervenciones temporales de bajo presupuesto, probarlas y luego decidir, como plantea Màrius Navazo.

De cualquier modo, pueden organizarse actividades de promoción, concienciación y pedagogía, cuestiones que también fomentan el uso de la bici. Actividades con centros educativos como caminos escolares seguros, colaboración con empresas para acudir al trabajo en bici, talleres de reparación o de pautas de conducción segura (tanto de bicis como de respeto por parte del coche), campañas por el uso de luces… Estas intervenciones también animan a la gente a valorar alternativas al coche privado. Recordemos que hay indicios de que una vez probada, la bici engancha: hagamos que se pruebe.

La infraestructura ciclista también es necesaria, pero es preciso que se cumplan unos estándares de calidad. No hace falta inventar nada: en otros países ya hay cosas que funcionan. Es más sencillo copiar bien lo que ya funciona en otra parte: trazados de los carriles bici cómodos y utilizables, aparcabicis de buen diseño y en número y ubicaciones suficientes, calmado del tráfico en zonas residenciales…

No somos tan distintos de otros países. Aquí también podemos usar la bici con seguridad. El problema es que parece que nuestros políticos no lo intentan con las suficientes ganas, o que nuestra sociedad no se lo pide.

Casco, como mínimo, hasta los 16 años

El Senado ha aprobado definitivamente la nueva Ley de Tráfico y Seguridad Vial de 2014, como hemos leído ya en varios medios y blogs. Desde el punto de vista del uso de bici, el uso de casco pasa a ser obligatorio en todas las vías como mínimo hasta los 16 años de edad. Alfonso Triviño, de la ACP, ha publicado en su blog la redacción definitiva de la ley.

Y ya está. No sabemos más. Son más los interrogantes que abre la redacción de la ley, que los que aclara. ¿Nos han colado un gol? El texto aprobado es el que sigue:

Los conductores y, en su caso, los ocupantes de bicicletas y ciclos en general, estarán obligados a utilizar el casco de protección en las vías urbanas, interurbanas y travesías, en los supuestos y con las condiciones que reglamentariamente se determinen, siendo obligatorio su uso por los menores de dieciséis años, y también por quienes circulen por vías interurbanas.”

Y aquí la redacción de la enmienda al artículo sobre el casco:

Jerga de leguleyos.
Jerga de leguleyos.

Así que aún no podemos dar nada por seguro, salvo que los menores de 16 años deberán «protegerse» con casco en todo momento y lugar, y que seguirá siendo obligatorio el uso de casco en vías interurbanas. Tal como está, la nueva ley no cambia nada para el resto de usuarios. El Reglamento que se haga después es la clave.

¿Y quién nos asegura que el futuro Reglamento no va a añadir condiciones más restrictivas? La redacción parece hecha para que así sea. Y viendo la manera en que se ha intentado colar esta cosa del casco, podríamos temer lo peor. Al final, lo mismo da una obligación por ley que por reglamento. 

Y el Reglamento de Circulación se aprueba por Real Decreto, lo que significa que el Gobierno puede dictar las condiciones que se le antojen sin necesidad de aprobación.

Me parece que tendremos que seguir muy atentos.

Al parecer, la multa prevista por incumplir este requisito es de 200 euros y tendrán que asumirla los padres o tutores del menor. Con el 50% de descuento por pronto pago, son 100 euros. No obstante, es dudoso que los cuerpos encargados de hacer cumplir esta ley (Guardia Civil y policías municipales principalmente) se dediquen a poner multas a diestro y siniestro, dado que la Guardia Civil de Tráfico no suele rondar los parques y muchos Ayuntamientos han declarado por escrito su oposición a la obligatoriedad del casco. Además, me da la sensación de que tienen otras prioridades que atender.

Posdata: la ley salió publicada en el BOE el 8 de abril de 2014, lo que significa que las medidas que incluye entran en vigor el 9 de mayo de 2014.

¿Y por qué usa la bici la gente?

Bueno, la respuesta general es complicada de averiguar, pero sí podemos conocer los motivos por que eligen la bicicleta en la comunidad de la Ciudad Universitaria de Madrid, o Campus de Moncloa, donde coinciden instalaciones de la Complutense, la Politécnica, la UNED y una importante cantidad de estudiantes en residencias universitarias y colegios mayores: unas 113.000 personas viven en este entorno o acuden a diario.

El resumen del artículo
El resumen del artículo

Y lo sabemos porque Álvaro Fernández-Heredia, Andrés Monzón y Sergio Jara-Díaz publican un artículo en Transport Research que cuenta las conclusiones de una encuesta entre los ciclistas habituales de Ciudad Universitaria. La edición en papel sale en mayo, pero ya está para descarga. Y no hay sorpresas. ¿O sí?

Lo más destacado del artículo
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Europa Press informa: la futura ley de tráfico no contenta a nadie

Europa Press informa sobre el descontento ante la futura ley de tráfico. En el montaje resumido por EP hablan Mario Arnaldo de Automovilistas Europeos Asociados y Alfonso Triviño, de la ACP, de cuyo blog ya hemos hablado alguna vez.

Europa Press ha realizado una entrevista de 7 minutos a Alfonso que también está disponible en su web. Pero no hace falta que se vayan.

La preocupación de los ciclistas es que a pesar de que la ley obliga a usar casco solo a los menores de 16 años -algo que tampoco se ve de forma muy positiva, puesto que uso de bici es un hábito a adquirir, y no se ha justificado la elección de esa edad y no otra-, cabe la posibilidad de que el futuro Reglamento que desarrolle la ley extienda esa obligatoriedad al resto de usuarios. Así que siguen batallando.