Este concepto es amplio y complejo y se refiere normalmente a cuatro dimensiones básicas:
Disponibilidad (availability): un hogar o un ciudadano no dispone, o su disponibilidad es limitada, de un sistema de transporte público o de un medio privado para el transporte.
Accesibilidad/conectividad (accessibility): un hogar o un ciudadano es incapaz, o tiene una extrema dificultad, de llegar a destinos/actividades clave o servicios esenciales —trabajo, educación, sanidad, ocio, etc.—, o el tiempo para llegar a ellos es excesivo.
Asequibilidad (affordability): el gasto en transporte de un hogar o un ciudadano es alto en relación con sus ingresos y el resto de gastos.
Aceptabilidad (acceptability): adecuación de la oferta a las personas de movilidad y sensibilidad reducida; insuficiente información para planificar los desplazamientos; cuestiones de género, edad o grupo social; particularidades territoriales; seguridad; etc.
En la consulta se analizarán y valorarán especialmente las propuestas para la elaboración de la Estrategia sobre:
(i) posibles enfoques de la definición de pobreza de transporte en base a sus dimensiones;
(ii) las variables —datos del hogar o el ciudadano, y de accesibilidad a servicios básicos, etc., con la desagregación espacial apropiada— para definir indicadores que cuantifiquen la pobreza de transporte;
(iii) los objetivos, metas e hitos temporales a lograr;
(iv) las políticas y medidas a desarrollar; (v) políticas y medidas implantadas consideradas casos de éxito y
(vi) el mecanismo de gobernanza para el seguimiento y evaluación de la implantación, más el procedimiento para su revisión.
Por su enorme interés, entendemos que será especialmente interesante la participación de personal investigador o especialista en geografía, transporte, salud pública, actividad física, sociología, desigualdad, o con experiencia en buenas prácticas de transporte, sobre todo de transporte público o transporte activo.
No hemos hablado nunca en este blog de un vehículo ligero, que la inmensa mayoría de la población tiene a mano, que no necesita suministro energético y que puede entrar casi por cualquier sitio en caso de emergencia.
Bueno, es broma, sí lo hemos hecho, pero nunca desde el punto de vista de la gestión de emergencias.
Las bicicletas y otras formas de micromovilidad se han utilizado anecdóticamente en catástrofes pasadas para ayudar a salvar vidas y mejorar la recuperación de la comunidad. Sin embargo, la investigación y la práctica sobre esta estrategia de transporte resiliente son escasas, lo que limita su utilidad y sus posibles beneficios. Para llenar este vacío, nuestro artículo investiga el papel potencial de las bicicletas y la micromovilidad a la hora de facilitar (o limitar) la respuesta y la recuperación tras una catástrofe. Dada la falta de estudios sobre el tema, convocamos un taller en línea en el que llevamos a cabo una tormenta de ideas y debates en grupos de discusión con expertos en catástrofes de diversas agencias gubernamentales, organizaciones sin ánimo de lucro, el mundo académico y grupos políticos. Presentamos una síntesis de ese debate, junto con una revisión de la bibliografía existente. Llegamos a la conclusión de que existe un gran potencial para las bicicletas y la micromovilidad en diferentes fases de catástrofe, tipos de peligro y grupos de personas. Sin embargo, existen múltiples barreras relacionadas con la implementación y la seguridad, lo que sugiere la necesidad de futuras investigaciones y políticas en los campos y prácticas del transporte y la gestión de emergencias.
¿Qué bici es la mejor para moverse tras una emergencia, si has perdido el coche, si no funciona el metro, el cercanías o el autobús? Pues la que tengas a mano. Como siempre.
Probablemente sea buena idea una bici resistente, con cubiertas anchas o incluso con tacos por si hay barro o las carreteras no están disponibles, que no necesite batería (las eléctricas, aunque son fáciles de cargar, tienen la autonomía limitada).
¿Y si pudieras elegir? A nosotros nos gusta esta VSF Fahrradmanufaktur T-Belt, por varias razones.
Esta unidad del fabricante alemán, comprada originalmente en 2011 (tenemos la factura de una tienda de Bonn, en Alemania), tiene el cuadro de acero, que es resistente y fácil de arreglar si algo se dobla o se rompe. Soldar acero es relativamente sencillo; soldar aluminio requiere electrodos y conocimientos específicos que no siempre se tienen a mano.
Como es costumbre en esta casa, cuenta con cambio interno Shimano Alfine 8 (ya sabéis que los desviadores tienen sus pegas) y con dinamo e iluminación integradas, por lo que no necesita suministro eléctrico de ningún tipo. En este caso particular, la luz delantera y trasera son de Busch & Müller (IQ-X y Toplight Brake Plus, con función de aviso de frenado integrada).
Al estar equipada con un rectificador con toma USB Cycle2Charge, que permite cargar un dispositivo USB mientras pedaleas, esta bici puede salvarte el culo en caso de falta de suministro eléctrico. No da mucha potencia (según la dinamo y la velocidad a la que circules, entre 1,2 y 6 W), pero es mucho mejor que nada. Y en una situación de emergencia, puede que no tengas nada de nada. Si puedes escoger, mejor usar una dinamo SIN protección de sobretensión; las luces LED que se usan ahora ya no las necesitan, y normalmente esta protección para las bombillas ya no es necesaria y las dinamos modernas no la traen.
También lleva un portabultos trasero de la marca Pletscher (una empresa suiza de precios caros pero que cuida mucho la calidad), y una cesta de plástico de Thule, que tampoco es barata, pero sí amplia, resistente y duradera. También se puede quitar y ponerle unas alforjas, por supuesto.
Y además cuenta con transmisión por correa. Era su argumento principal de venta allá por 2010, cuando fue de las primeras bicis con correa, fabricada por el especialista industrial Gates, y por eso el modelo se llama T-Belt.
Esto puede tener sus pegas en caso de fin definitivo de la civilización, porque las correas requieren una tecnología muy fina para su fabricación, de modo que podrían plantearse problemas de disponibilidad, mientras que las cadenas podrían fabricarse de manera más o menos artesanal. Pero creo que a corto o medio plazo, al ser más duraderas que las cadenas, probablemente sea una ventaja para la respuesta inmediata ante una emergencia. Una cadena no necesita lubricación, solo una limpieza con agua. Es cierto también que las correas se llevan regular con el exceso de barro o polvo (que puede ser abrasivo y deteriorarlas más rápido de lo normal), lo que limitaría su duración a medio o largo plazo. Pero son autolimpiantes, así que para una respuesta inmediata, harán su tarea con fiabilidad.
Una cosa que no me gusta mucho son los frenos, unos Magura HS-11 hidráulicos que frenan por fricción contra la llanta. Esto significa que las zapatas y las llantas se desgastan con el frenado y llegará un día en que haya que sustituirlas, antes las zapatas que las llantas. Pero las llantas un día también caerán.
¿Es barata? Pues no. En 2011, costó 1.320 € incluyendo el IVA alemán, y el modelo equivalente de VSF sale hoy (2024) por unos 3.600-5.000 € según los accesorios que quieras ponerle.
Pero como otras bicis de esta serie, si la cuidas adecuadamente, esta bici te podrá sobrevivir, y apenas necesita mantenimiento. Según tus prioridades, te puede salir a cuenta. Sobre todo si necesitas un vehículo indestructible.
Breve. A través de Miguel Samperio nos enteramos de que el Ministerio de Vivienda ha abierto consulta pública para modificar el Código Técnico de la Edificación. Este mamotreto es la «biblia» de los requisitos técnicos que debe cumplir la edificación en España.
La consulta se relaciona con la modificación de la Directiva Europea de Eficiencia Energética en la Edificación (en inglés, EPBD). ¿Qué tiene que ver con usar bici? Pues que incorpora la obligatoriedad de incluir aparcamiento para bicicletas en las edificaciones. En concreto, los objetivos de la modificación incluyen «Desarrollar las nuevas exigencias de la directiva en materia de movilidad sostenible relativas a infraestructura de recarga de vehículo eléctrico y plazas de bicicleta en edificios.» Así que la opinión de los colectivos ciclistas, familias o empresas usuarias de bicis de carga, o cualquier usuario potencial de bicicleta eléctrica será bienvenida.
(53) El fomento de la movilidad ecológica es un elemento clave del Pacto Verde Europeo y los edificios pueden desempeñar un papel importante a la hora de proporcionar la infraestructura necesaria, no solo para la recarga de vehículos eléctricos, sino también para bicicletas. Un cambio hacia la movilidad activa, como el uso de la bicicleta, puede reducir de manera considerable las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del transporte. Con el aumento de la venta de vehículos de ruedas con asistencia eléctrica y otros tipos de vehículos de categoría L, a que se refiere el artículo 4 del Reglamento (UE) n.o 168/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo (21), y con el fin de facilitar la instalación de puntos de recarga en una fase posterior, el precableado o la canalización de conductos debe exigirse en los edificios residenciales nuevos y, cuando sea técnica y económicamente viable, en los edificios residenciales objeto de renovaciones importantes. Tal como se establece en la Comunicación de la Comisión de 17 de septiembre de 2020 titulada «Intensificar la ambición climática de Europa para 2030: Invertir en un futuro climáticamente neutro en beneficio de nuestros ciudadanos» («Plan del Objetivo Climático»), aumentar la cuota modal de transporte público y privado limpio y eficiente, como el transporte en bicicleta, reducirá drásticamente la contaminación procedente del transporte y aportará importantes beneficios a los ciudadanos y las comunidades. La falta de plazas de aparcamiento para bicicletas es una barrera importante para el uso de la bicicleta, tanto en edificios residenciales como no residenciales. Los requisitos de la Unión y los códigos de construcción nacionales pueden contribuir de manera eficaz a la transición hacia una movilidad más limpia al establecer requisitos relativos al número mínimo de plazas de aparcamiento para bicicletas, y la construcción de plazas de aparcamiento para bicicletas y de infraestructura conexa en zonas en las que las bicicletas se utilizan menos puede conducir a un aumento de su uso. El requisito de proporcionar plazas de aparcamiento para bicicletas no debe depender de la disponibilidad y suministro de plazas de aparcamiento para coches, que pueden no estar disponibles en determinadas circunstancias, ni vincularse necesariamente esa disponibilidad y suministro. Los Estados miembros deben permitir un aumento de los aparcamientos para bicicletas en los edificios residenciales en los que no existan plazas de aparcamiento para coches disponiendo la instalación de como mínimo dos plazas de aparcamiento para bicicletas por cada unidad de edificio residencial.
[…]
Artículo 14 Infraestructura para la movilidad sostenible
En relación con los edificios no residenciales nuevos, con más de cinco plazas de aparcamiento para coches, y los edificios no residenciales que sean objeto de renovaciones importantes, con más de cinco plazas de aparcamiento para coches, los Estados miembros velarán por que:
a) se instale como mínimo un punto de recarga por cada cinco plazas de aparcamiento para coches;
b) se lleve a cabo la instalación de precableado para como mínimo el 50 % de las plazas de aparcamiento para coches y de canalizaciones, más concretamente de conductos para cables eléctricos, para las plazas de aparcamiento para coches restantes, a fin de permitir la instalación en una fase posterior de puntos de recarga de vehículos eléctricos, vehículos de ruedas con asistencia eléctrica y otros tipos de vehículos de categoría L, y
c) se creen plazas de aparcamiento para bicicletas que representen al menos el 15 % de la capacidad media o el 10 % de la capacidad total de usuarios de los edificios no residenciales, teniendo también en cuenta el espacio necesario para las bicicletas de dimensiones mayores que las estándar.
El párrafo primero se aplicará cuando:
a) el aparcamiento para coches esté ubicado dentro del edificio, y, si se trata de renovaciones importantes, las medidas de reforma incluyan tal aparcamiento o la infraestructura eléctrica del edificio, o
b) el aparcamiento para coches sea adyacente al edificio y, si se trata de renovaciones importantes, las medidas de reforma incluyan tal aparcamiento o la infraestructura eléctrica de este.
Los Estados miembros velarán por que el precableado y las canalizaciones a que se refiere el párrafo primero, letra b), estén dimensionados de manera que permitan el uso simultáneo y eficiente del número requerido de puntos de recarga y faciliten, cuando proceda, la instalación de un sistema de gestión de carga o recarga en la medida en que sea técnica y económicamente viable y pueda justificarse.
Como excepción a lo dispuesto en el párrafo primero, letra a), en el caso de los nuevos edificios de oficinas y los edificios de oficinas que sean objeto de renovaciones importantes, con más de cinco plazas de aparcamiento, los Estados miembros garantizarán la instalación de como mínimo un punto de recarga por cada dos plazas de aparcamiento.
Por lo que respecta a todos los edificios no residenciales con más de veinte plazas de aparcamiento para coches, los Estados miembros velarán por que, a más tardar el 1 de enero de 2027:
a) se instale como mínimo un punto de recarga por cada diez plazas de aparcamiento para coches, o se instalen canalizaciones, concretamente conductos para cables eléctricos, para el 50 % como mínimo de las plazas de aparcamiento para coches, a fin de permitir la instalación en una fase posterior de puntos de recarga de vehículos eléctricos, y
b) se creen plazas de aparcamiento para bicicletas que representen como mínimo el 15 % de la capacidad media o el 10 % de la capacidad total de usuarios del edificio, con el espacio necesario también para las bicicletas de dimensiones mayores que las estándar.
En el caso de edificios que sean propiedad de organismos públicos o estén ocupados por ellos, los Estados miembros velarán por que, a más tardar el 1 de enero de 2033, se instale precableado para el 50 % como mínimo de las plazas de aparcamiento para coches.
Los Estados miembros podrán aplazar la aplicación de dicho requisito hasta el 1 de enero de 2029 para todos los edificios no residenciales que hayan sido renovados en los dos años anteriores al 28 de mayo de 2024 para cumplir los requisitos nacionales establecidos de conformidad con el artículo 8, apartado 3, de la Directiva 2010/31/UE.
Los Estados miembros podrán ajustar los requisitos relativos al número de plazas de aparcamiento para bicicletas de conformidad con los apartados 1 y 2 para categorías específicas de edificios no residenciales a los que no se suele acceder en bicicleta.
En relación con los edificios residenciales nuevos, con más de tres plazas de aparcamiento para coches, y los edificios residenciales que sean objeto de renovaciones importantes, con más de tres plazas de aparcamiento para coches, los Estados miembros velarán por que:
a) se instalen precableado para el 50 % como mínimo de las plazas de aparcamiento para coches y canalizaciones, concretamente conductos para cables eléctricos, para las plazas de aparcamiento para coches restantes, a fin de permitir la instalación en una fase posterior de puntos de recarga de vehículos eléctricos, vehículos de ruedas con asistencia eléctrica y otros tipos de vehículos de categoría L, y
b) se creen como mínimo dos plazas de aparcamiento para bicicletas por cada unidad de un edificio residencial.
Con respecto a los edificios residenciales nuevos con más de tres plazas de aparcamiento para coches, los Estados miembros garantizarán además la instalación de un punto de recarga como mínimo.
Los párrafos primero y segundo se aplicarán cuando:
a) el aparcamiento para coches esté ubicado dentro del edificio y, si se trata de renovaciones importantes, las medidas de reforma incluyan tal aparcamiento o la infraestructura eléctrica del edificio, o
b) el aparcamiento para coches sea adyacente al edificio y, si se trata de renovaciones importantes, las medidas de reforma incluyan tal aparcamiento o la infraestructura eléctrica de este.
Como excepción a lo dispuesto en el párrafo primero, los Estados miembros podrán, previa evaluación por parte de las autoridades locales y teniendo en cuenta las características locales, incluidas las condiciones demográficas, geográficas y climáticas, ajustar los requisitos relativos al número de plazas de aparcamiento para bicicletas.
Los Estados miembros velarán por que el precableado mencionado en el párrafo primero, letra a), esté dimensionado para permitir el uso simultáneo de los puntos de recarga en todas las plazas de aparcamiento. Cuando, en caso de renovaciones importantes, no sea factible garantizar dos plazas de aparcamiento para bicicletas por cada unidad de un edificio residencial, los Estados miembros garantizarán tantas plazas de aparcamiento para bicicletas como sea adecuado.
Hoy os traigo una bici que me encanta y es una de mis favoritas para uso urbano. Es una Gazelle Primeur de 1993, con cambio interno Sturmey Archer de tres velocidades.
Los holandeses les llaman «omafietsen» (singular, «omafiets») a este tipo de bicis cuando llevan cuadro «de mujer» (realmente, de barra baja), y «opafietsen» (singular, «opafiets»), cuando son «de hombre» (realmente, de barra alta). Es decir: bicis de abuela, o de abuelo. Hace ya unos años, Melissa Bruntlett nos contaba cuatro cositas sobre este tipo de bicis en esta misma web. A mí personalmente me resultan más cómodas las de barra baja sea cual sea tu género, porque levantar tanto la pierna cuesta igual aunque no prefieras no llevar falda, pero es cierto también que los cuadros de barra alta tienen alguna ventaja en rigidez y durabilidad. Por abundar en el tema, en Japón también llaman «mamachari» («bici de mamá») a este tipo de bicis con barra baja, utilitarias, para llevar a la prole, la compra, lo que haga falta.
El cambio solo es de tres velocidades, que en mi ciudad hace la labor, pero si vives en un sitio con muchas cuestas quizá se quede corto. Los desarrollos, pensados para la planicie de los Países Bajos, son larguísimos y permiten ir bien ligeros, a costa de que las cuestas cuesten.
El cuadro es de acero, nada de materiales exóticos. A veces se oxida, pero es muy resistente y fácil de reparar si llega el caso. O simplemente dejar que se vaya pudriendo, que total, el acero se toma su tiempo en autodestruirse. O eso parece.
Como es norma en esta casa, lleva los pertinentes guardabarros, la cadena totalmente cerrada dentro de un protector, su dinamo, luces y reflectantes delanteros y traseros.
De origen trae además un inflador y un candado de cuadro de la marca Axa, muy práctico para paradas cortas.
Pero lo que más me gusta de esta unidad, que como veis trae casi todo de origen, son los pequeños detalles. Las tuercas y detalles de fondo rojo con el logo del fabricante, el sillín y las empuñaduras personalizados, las calcomanías y decoraciones.
Los frenos son más o menos convencionales: frenos de tambor (a veces llamados de rodillo) de marca propia, si bien creo que la fabricación realmente la hacía también Sturmey Archer, igual que el cambio. Salvo catástrofe térmica o nuclear, probablemente los frenos me sobrevivan sin tener que hacerles casi nada, quizá algún ajuste de tensión. Aunque internamente los materiales que friccionan y permiten frenar sufren desgaste, normalmente no es necesario cambiar nada, al menos en un plazo de vida útil razonable de, vamos a poner, 30 o 40 años. Quizá mis nietos o bisnietos, si es que la bici sigue por ahí, tengan que cambiarles algo.
Aunque conservo las lámparas originales, para usar esta bici las voy a cambiar por otras más modernas con LED (que brillan y duran un poco más) y en el caso de la luz trasera, una con condensador o función de luz de posición, muy útil porque te hace visible incluso en parado. Las antiguas (de bombilla) funcionan también, pero las bombillas no lucen tanto y a veces se funden. Los LEDs, en sí mismos, no suelen fallar; lo que suele dar guerra es alguna otra cosa en el resto de la lámpara (las fijaciones, soldaduras…) Aquí os pongo las originales, que fotos de luces nuevas se pueden encontrar en muchos sitios.
Las ruedas, en este modelo de talla 57, son de 28″ y aún conserva una cubierta de origen Gazelle Impala Sport (que hay que cambiar, lo sé). Por lo demás, con hincharlas de vez en cuando, suficiente. Como las llantas no tienen que rozar con las zapatas para frenar, son de acero inoxidable brillante y llevan una especie de moleteado muy elegante.
Sé que es de 1993 porque escribí al servicio de atención al cliente de Gazelle con el número de serie, y lo buscaron. Y tuvieron la gentileza de enviarme también la página del catálogo de ese año en el que aparecía este modelo. No hablo holandés, pero creo que se trata del modelo TK3 en color «smaragd groen / zilverwit combi 007/076». Y como dice Gazelle en el catálogo, efectivamente, es una bici «para todos los días» (alledagfiets!).
Tan para todos los días que a sus respetables 31 años ahí sigue, en uso, con una silleta de niño o una cesta cuando hace falta, lista para ir a sitios sin hacer ruido ni pedirte mucho mantenimiento.
Espero que os haya gustado. Si puedo, iré colgando más bicis así, «de las de antes», que da gloria ver. ¡Feliz verano!
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Los conductores de bicicletas o ciclos que desarrollen su actividad profesional en estos, deberán de llevar casco, así como un elemento luminoso o retrorreflectante en vías interurbanas.
Se distinguirá entre «aceras» y «resto de zonas peatonales». En las aceras quedará prohibida la circulación de todo tipo de vehículo, incluso bicicletas o ciclos, como hasta ahora, con la excepción de bicicletas por niños de hasta 12 años, que vayan a cargo de un adulto a pie. En el resto, la autoridad municipal podrá permitir mediante ordenanza la coexistencia de peatones, ciclistas y usuarios de VMPs, siempre respetando la prioridad peatonal.
Se reordena el texto y se incluyen artículos específicos para la circulación de ciclos y bicicletas. Se cambian los requisitos para adelantar a bicis y ciclos.
Los municipios podrán permitir la circulación de bicicletas en sentido contrario a los vehículos a motor, con ciertas restricciones.
Cambia, por fin, el Reglamento para permitir el transporte de cargas y pasajeros, siempre que el conductor sea mayor de edad. Cambia también la edad máxima para llevar niños en silleta, que pasa de 7 a 5 años. Y se podrá utilizar remolques o semirremolques en bicicleta, incluso para llevar personas, aunque con restricciones: solo se podrán llevar animales hasta 15 kg, y solo se podría hacer en vías urbanas reservadas para este tipo de vehículos.
Hay más cambios que afectan sobre todo a VMPs: se establece una edad mínima de 16 años para su uso, así como casco, inscripción en el Registro de vehículos (con las consecuentes dificultades para su compraventa), etc. Y también hay algunas mejoras para el uso peatonal, como la prohibición de aparcar en las inmediaciones de un paso peatonal, o la creación de entornos escolares (u hospitalarios) seguros.
Lean el texto entero, y participen en la consulta. Es importante.
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