Hemos dicho muchas veces que nos interesa saber si la bici es un vehículo seguro o no, o al menos si lo es más o menos que otros vehículos de uso común. Para eso, necesitamos saber de algún modo cuánto se usa. Pero no tenemos datos de uso real de la bicicleta en España, salvo aforos parciales en algunos municipios y alguna encuesta que ni siquiera va a tener continuidad.
Y conocer estos datos no es fácil. Podemos preguntarle a la gente, contar bicis, o buscarnos algún indicador que esté correlado con su uso. Pero la gente miente -consciente o inconscientemente- en las encuestas, contarlas directamente es caro, y no es fácil encontrar un indicador válido (y medible) del uso. Se puede contar cuántas bicis se venden, por ejemplo, pero eso no garantiza nada. En Estados Unidos, por ejemplo, se venden más bicis que coches desde 2002 y sin embargo el uso de la bicicleta para el transporte no sigue la misma pauta.
Los investigadores de seguridad vial suelen emplear un método de inferencia llamado de exposición cuasi-inducida (quasi-induced exposure) para poder extraer conclusiones sobre riesgos sin necesidad de conocer exactamente estos datos. Por ejemplo, lo ha usado la Universidad de Granada en dos recientes estudios sobre ciclismo en España y asunción de riesgos. No se lo voy a explicar al detalle, pero viene a aprovechar que, en datos sobre accidentes, la población que ha sufrido un accidente sin ser culpable tiene una distribución similar (en cuanto a edad y otros parámetros de asunción de riesgos) a la de la población total que utiliza un determinado medio de transporte. Comparando lo que ocurre con la población «inocente» respecto al total de accidentados, y admitiendo que es representativa de la población general de usuarios, podemos averiguar si hay subgrupos que presentan mas exposición al riesgo. Es un buen recurso, pero, como siempre, sin tener datos exhaustivos no deja de ser una aproximación complicada de verificar, y su fiabilidad depende de cómo se hagan los cálculos.
Pero, amigos, con otros medios de transporte las cosas son distintas: los coches beben gasoil y gasolina, a diferencia de las bicis que se conforman con un poco de aceite para la cadena. Y la venta de combustibles está tabulada en España desde hace ya unos años, gracias a las estadísticas de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos y a las de Cores, Corporación de Reservas Estratégicas, que vigila la evolución del sector. Y te dan las cifras limpias, en un Excel si quieren (busquen, busquen).
¿Se vende más o menos combustible en España? ¿De qué tipo? ¿Por qué? ¿Se conduce más o menos? ¿Qué quiere decir eso en cuanto al uso de vehículos a motor y la siniestralidad? Continuar leyendo «¿Y cuánto usa la gente el coche, si sabemos cuánto combustible se vende?»