¿De verdad construir más carreteras mejora el tráfico?

Son fechas electorales en España y muchos políticos insisten en arreglar problemas de congestión con más vías para coches, de más capacidad. En general, esto no resuelve la situación, sino que la empeora: se crea demanda inducida y los atascos vuelven a los pocos meses. Traducimos un artículo procedente de The Conversation, elaborado por Matthew Beck y Michael Bliemer de la University of Sydney, que explica en más detalle esta cuestión. Si en tu ciudad quieren construir más vías rápidas, recuérdales que eso no arregla la congestión, solo la pospone.

Traducido con permiso de The Conversation – thank you, Khalil!


¿De verdad construir más carreteras mejora el tráfico?

Lee el artículo original en inglés en theconversation.

Matthew Beck y Michiel Bliemer, University of Sydney

Los atascos son una gran fuente de frustración para los usuarios de carreteras y han empeorado con el tiempo en la mayor parte de ciudades. Se han propuesto distintas soluciones, como implantar tasas por congestión (favoritas de los economistas del transporte) o invertir en transporte público. La solución que se aplica con mayor frecuencia es construir más carreteras, pero ¿funciona este enfoque?

Un reciente estudio en Estados Unidos señala a Los Ángeles, Honololú y San Francisco como las ciudades con más atascos de este país. Todas estas ciudades confían sus soluciones de transporte ciudadano, de forma casi exclusiva, a las carreteras.

Aunque China ha hecho crecer su red de autovías de 16.300 Km en el año 2000 hasta unos 70.000 Km en 2010, el tiempo medio de desplazamiento al trabajo en Beijing durante 2013 fue de 1 hora y 55 minutos, 25 minutos más que el año anterior.

¿Por qué, entonces, los residentes de estas ciudades, todas con enormes cantidades de capacidad disponible en sus carreteras, no habitan en una utopía de la conducción? Continuar leyendo «¿De verdad construir más carreteras mejora el tráfico?»

Australia se lo piensa: Queensland está revisando la ley del casco ciclista

En algunos países, las leyes y políticas públicas intentan hacerse con criterio técnico, y se busca consenso en las cuestiones fundamentales, como la educación, los impuestos, las infraestructuras, o incluso la seguridad vial. Al final, querer que nuestros hijos salgan mejor formados de la escuela o que haya menos víctimas de accidente debería ser un deseo compartido por todos, seamos de izquierdas o de derechas. Y por eso, quizá nos convendría fijar políticas públicas basándonos en la evidencia y en métricas, y probarlas, evaluarlas y revisarlas igual que se hace, por ejemplo, en medicina.

Por ejemplo, en Australia, ese sitio tan particular donde los médicos hicieron valer su criterio con respecto al casco ciclista -con discutibles resultados-, hay quien plantea por fin revisar la obligatoriedad. El Parlamento del estado australiano de Queensland, y en concreto su Comité de Transporte, Vivienda y Gobierno Local, ha revisado la situación de las normativas ciclistas y propone:

  • Obligar que se mantenga una distancia de seguridad en los adelantamientos a ciclistas, de entre 1 y 1,50 metros;
  • Multar a los ciclistas con cantidades y penas similares a las que afrontan otros conductores de vehículos;
  • Y lo más ruidoso: suprimir la obligatoriedad del casco en zonas con velocidad máxima inferior a 60 km/h y carriles para ciclistas.

Estas medidas se plantean con sus periodos de transición y sus métricas de ensayo, para poder evaluar si son buenas o malas y decidir con criterio si se hacen permanentes. Igualito que en España, ¿verdad?

Pueden consultar aquí la lista completa de recomendaciones (en inglés y PDF, claro).

Lamentablemente, el ministro de transportes de Queensland, Scott Emerson, ha rechazado la recomendación relativa al casco porque…

“Personalmente, creo con firmeza en los beneficios del casco y creo que los datos muestran que el casco reducen el riesgo de daños graves.»

Y seguramente, aunque no lo dice, porque es una decisión difícil de vender a su electorado. Al final también hacen las cosas como aquí: a dedo.

Lo que más me ha gustado leer es que, en su conjunto, calculan que por cada km recorrido en bicicleta y «robado» al coche, los australianos ahorran 60 céntimos por lo que deja de gastarse en sanidad, que al cambio actual son 40 céntimos de euro.

¿Cuánto llevas ahorrando tú? 😉