Alicante: cierra Alabici, el servicio de bici pública

No hace tanto hablábamos del PICA de Alicante como ejemplo de buenas ideas de promoción ciclista, dentro de los ejemplos que facilitaba la DGT de Pere Navarro a los Ayuntamientos interesados en conocer buenas prácticas. Pues bien, aunque al PICA las asociaciones locales de la bici le reconocen parte de acierto, parece que no ha sido suficiente para salvar el servicio de bici pública de Alicante, llamado Alabici, que cierra a partir del 28 de marzo.

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La versión oficial sobre el cierre habla de descenso de abonos y vandalismo rampante para justificar la decisión, como informa El País. Pero parece que el diseño del sistema y las características de las bicis no eran idóneos: según indica Alacant en Bici en el mismo artículo, las bicis eran frágiles, no se llevó a cabo un mantenimiento adecuado, había pocas estaciones (que tampoco se reparaban) y no se publicitó correctamente el servicio. Así, desde su punto de vista, era imposible alcanzar la masa crítica necesaria para mantenerlo, por su mal diseño. Fuentes políticas (Compromis per Alacant) señalan que los carriles bici no están interconectados, que el Ayuntamiento dejó de financiar debidamente el servicio y que los trazados de algunos carriles no resultan cómodos.

Por otra parte, desde el diario Información de Alicante indican que la mala situación financiera del Ayuntamiento provocó en enero de 2014 la renuncia a una subvención de la Generalitat destinada a este mismo servicio. Así que pesarían muchos factores, seguramente.

Ya hemos indicado alguna vez que nos parece preferible no gastar nada en infraestructuras a hacerlo mal. Hay que planificar bien y sin prisa. Si se hace mal en una primera fase, al final se dobla el coste (si hay que corregir una mala actuación inicial) o peor, se abandona la infraestructura y se ha tirado el dinero, el suyo y el mío, compañero contribuyente. Otra opción interesante es plantear intervenciones temporales de bajo presupuesto, probarlas y luego decidir, como plantea Màrius Navazo.

De cualquier modo, pueden organizarse actividades de promoción, concienciación y pedagogía, cuestiones que también fomentan el uso de la bici. Actividades con centros educativos como caminos escolares seguros, colaboración con empresas para acudir al trabajo en bici, talleres de reparación o de pautas de conducción segura (tanto de bicis como de respeto por parte del coche), campañas por el uso de luces… Estas intervenciones también animan a la gente a valorar alternativas al coche privado. Recordemos que hay indicios de que una vez probada, la bici engancha: hagamos que se pruebe.

La infraestructura ciclista también es necesaria, pero es preciso que se cumplan unos estándares de calidad. No hace falta inventar nada: en otros países ya hay cosas que funcionan. Es más sencillo copiar bien lo que ya funciona en otra parte: trazados de los carriles bici cómodos y utilizables, aparcabicis de buen diseño y en número y ubicaciones suficientes, calmado del tráfico en zonas residenciales…

No somos tan distintos de otros países. Aquí también podemos usar la bici con seguridad. El problema es que parece que nuestros políticos no lo intentan con las suficientes ganas, o que nuestra sociedad no se lo pide.