No explica cómo exactamente «se potenciará el uso» de esos medios de transporte, pero algo es. Curiosamente, hablan de «transporte público eficiente», algo cuya definición tampoco está muy clara. ¿Es eficiente el transporte que se subvenciona, o el que paga el usuario con las tarifas? ¿Se refiere a eficiencia energética? ¿Cuál es el criterio del PP al respecto?
El 25 de mayo se celebran las elecciones al Parlamento Europeo de 2014. De estas elecciones saldrá la composición del Parlamento, que a su vez elegirá al presidente de la Comisión Europea.
En España estas elecciones se están viviendo con cierta lejanía; en las de 2009 hubo una abstención del 55%, lo que indica que la población no debe estar muy interesada ni convencida de su importancia. Sin embargo, en Europa el Parlamento Europeo y la Comisión escriben las normativas europeas que luego condicionan las leyes de cada país, y tienen mucho poder. Las directivas europeas que salen del Parlamento marcan pautas para las legislaciones de cada país, y tienen influencia en las normativas que rigen nuestro día a día. Se calcula que entre el 10% y el 80% de la legislación de los países de la Unión viene marcada por transposición de directivas europeas: lo que se decide en el Parlamento Europeo importa y mucho.
En este blog no tenemos color político ni vamos a recomendar el voto a uno u otro partido, pero sí podemos dar a conocer lo que cada partido lleva en su programa con respecto al uso de bicis, al transporte activo y a la seguridad vial. Luego son ustedes quienes toman las decisiones votando al partido con el que mejor coincidan. (O absteniéndose, y por tanto dejando que otros elijan por ustedes, pero esa es otra historia).
Seguramente la decisión no haya de tomarse solo con arreglo a lo que digan sobre bicicletas, pero como este blog trata de lo que trata no nos vamos a meter en camisas de once varas. Les corresponde a ustedes averiguar el resto del programa de cada uno y decidir.
Por otra parte, como el transporte es un asunto sin demasiada presencia en la agenda europea, más pendiente de la recuperación económica, y los programas y manifiestos han de estar necesariamente resumidos, normalmente es difícil conocer la postura de los grupos con respecto a este tema simplemente leyendo sus programas. Vamos a contactar con ellos y pedirles que nos faciliten más información, sin garantía de que puedan o quieran hacerlo. No obstante, les contamos lo que hemos encontrado.
Si conocen más detalles de las propuestas de cada partido, agradeceremos que nos los cuenten en los comentarios.
Las candidaturas
Según el BOE, en España se presentan 41 candidaturas a estas elecciones. Como no queremos aburrirles, nos vamos a limitar a resumir y/o enlazar los programas de los ocho partidos y coaliciones que, según la encuesta del CIS de intención de voto, obtendrían representación en el Parlamento.
Como ven, las fotos son de marzo de 2014. Ya sabrán que en Vitoria la bici la usa mucha gente, como en Sevilla y en alguna otra ciudad afortunada de por aquí. En este caso concreto, hablamos de un instituto que imparte clases a alumnos de ESO y Bachiller, es decir, de entre 12 y 19 años, más o menos.
A partir del viernes 9 de mayo de 2014, una parte importante del alumnado (los menores de 16 años) debería comenzar a ponerse casco para seguir yendo al instituto en bici, bajo amenaza de multa a sus padres. Y no podemos evitar hacernos una serie de preguntas.
¿Cuántos alumnos/as de este instituto usaban ya casco, sin que fuera obligatorio, para acudir a clase en bici? (Pista: en las fotos yo no veo ninguno, aunque me aseguran otras fuentes que sí se usan).
¿Ha habido en alguna ocasión accidentes entre los alumnos que se desplazaban en bici? ¿Es seguro ir en bici al colegio o instituto? ¿Tiene este instituto algún programa de camino escolar seguro, bicibús o similar para facilitarlo?
¿Es necesario un programa de este tipo para que los escolares usen la bici en Vitoria, o las condiciones generales ya son suficientemente buenas? (Aplíquese en la ciudad o pueblo donde usted viva, y compare).
¿Qué actitud tomarán las autoridades competentes -Guardia Civil, Policías locales- con respecto a esta normativa? ¿Multarán? ¿Desde cuándo? ¿Qué les parecerá a los padres?
¿Cuántos alumnos que usaban habitualmente la bici sin casco comenzarán a ponérselo a partir del 9 de mayo? ¿Dejará alguno de usar la bici por la obligatoriedad? Es más, ¿prohibirá algún padre/madre a sus retoños que acudan en bici, por miedo a que puedan quitarse el casco y les caiga una multa? (Con respecto a Vitoria, de nuevo me dicen que no temen que se use menos la bici, pero eso habrá que comprobarlo el año que viene).
Y la más seria, dirigida a la DGT: ¿se va a evaluar el resultado de la obligatoriedad para los menores de 16 años? ¿Servirá de algo? ¿Cómo se va a medir?
Publicada originalmente en El Diario y redactada por David Estal, de Estal Klouman Arquitectos y colaborador en el estudio L’Ambaixada, en esta pieza -escrita pensando en la ciudad de Valencia- nos hablan de la necesidad de buenos aparcamientos para motivar a usar la bici.
¡Sácame de aquí!
David Estal
Los arquitectos tenemos la extraña costumbre de mirar hacia arriba cuando caminamos por la ciudad. Este gesto, en apariencia despistado, nos protege de los excrementos de las palomas a la vez que nos permite observar ciertos detalles. Es en una de esas miradas atentas cuando encuentro algo inquietante… ¡una bici en un balcón! La pobrecita está encajada de tal manera que una rueda que le sobresale por la barandilla parece suplicarme desesperadamente: “sácame de aquí”.
Para mi decepción, el misterioso caso de la bici desprotegida (que no abandonada), no es un hecho excepcional. Día tras día, calle tras calle, podemos encontrar ejemplos de bicis ‘aparcadas’ en los balcones compartiendo espacio con tendederos, aires acondicionados, macetas (en el mejor de los casos) y bombonas de butano tostándose al sol. No importa el barrio, ni el piso, ni menos aún, el tipo de bici. Es algo bastante habitual en el paisaje de nuestra ciudad y seguro que os habréis dado cuenta. Pero, ¿debemos ser indiferentes a ello?
Como mínimo hay dos causas para explicar este contagioso fenómeno. La primera es que una bici depositada en un balcón es una consecuencia evidente de la falta de espacio adecuado en el interior de la casa o en el edificio, condenando ese lugar llamado balcón que fue concebido como un sitio donde estar, y no tanto como un trastero o un aparcamiento. Entre la suciedad que coge la bici, más la dificultad añadida de subirla en ascensor (si lo hay) y el tener que atravesar la casa dejando rastro, me hace pensar que la elección (bastante incómoda) de dejarla en el balcón es porque además se usa de vez en cuando, tal vez algunos fines de semana para pasear por el jardín del Turia, un espacio cada vez más ‘exitoso’ invadido por el running y el cycling.
El segundo argumento, algo más apropiado para este artículo, denota la no existencia de una política urbana que responda la necesidad creciente de aparcamientos para bicicletas más allá del incierto estacionamiento en la calle (en aceras, lamentablemente). Ocupando arbitrariamente el espacio público del viandante encontramos las bicis encadenadas a unos escasos y no señalizados elementos llamados ‘U’ invertidas (árboles, señales o farolas en su ausencia), para lo cual se deben tomar múltiples precauciones mediante medidas antirrobo. Entiendo que es un estacionamiento de corta duración que no resuelve el aparcamiento en el origen del desplazamiento, tan solo un destino eventual.
Entonces, ¿existe alguna otra práctica? Recientemente, Fernando Mafé, miembro de la perseverante Valencia en Bici me mandó una noticia en la que se anunciaba el primer bicipark de Barcelona. El lugar que lo hace posible: un solar. O sea, un espacio sin uso, cedido por el Ayuntamiento dentro del Pla Buits a la fundación Formació i Treball, con capacidad para 700 bicicletas. Desde el 22 de abril, este espacio libre se ha convertido en un aparcamiento vigilado las 24 horas con diferentes tarifas y servicios para las bicicletas que además, da trabajo a cinco personas con riesgo de exclusión social.
Se trata pues de un loable experimento que sin duda, puede contextualizarse en nuestra ciudad salpicada de espacios infrautilizados con capacidad de ser dotados de contenido, al menos transitoriamente. No obstante, de momento se sigue apostando por otro tipo de gestión. Por ejemplo, el tremendo solar del Teatro Princesa se convirtió rápidamente en un aparcamiento alquilado para camionetas del Mercado; lo cual evidencia otro problema, la falta de estrategia frente a la logística comercial en el centro histórico.
Del mismo modo que ocurre con los automóviles, la oferta de aparcamiento genera demanda en el uso, mediante un ‘efecto llamada’. Por contra, el temor a no encontrar un aparcamiento que reúna las condiciones de seguridad, comodidad y proximidad, junto a la ordenanza actual, restrictiva en el uso de cualquier mobiliario urbano como aparcamiento, produce una disminución en el uso de la bicicleta particular.
En su día tuve la ocasión de participar con la Universidad Politécnica en la redacción del documento previo del Plan de Movilidad Urbana Sostenible en el capítulo dedicado a la bicicleta. En él recomendábamos la creación de una red de ciclo-aparcamientos de identidad reconocible y adecuada a cada barrio según su necesidad y personalidad que resolviera los trayectos frecuentes, de puerta a puerta. La idea era (es) situarlos en paradas de transporte público, calles comerciales (con patrocinio de ámbito local), colegios, ambulatorios, espacios deportivos, polígonos, gasolineras (iconos urbanos estratégicamente colocadas), etc. Y, especialmente, me atrae la idea de aparcamientos mixtos, integrando la bici (y otros usos complementarios) como una oferta más en la existente red de aparcamientos subterráneos, públicos, privados, e incluso en los edificios de vivienda. Aquí, de nuevo cunde el ejemplo barcelonés, que muestra las facilidades de su red B:SM mediante abonos para bicicletas y descuentos para bici jove.
En definitiva, una Valencia a ritmo de la bici no se consigue solo con más carriles y un servicio municipal de alquiler. Hay otros retos por resolver, uno de ellos que facilitaría e incrementaría su uso diario como medio de transporte, es posibilitar ciclo-aparcamientos abundantemente en origen y destino. Hemos visto como algunos espacios infrautilizados de la ciudad construida pueden ser fácil, rápida y económicamente, parte de la solución. Tal vez en el futuro,[1] si lo hay, las bicis estén aparcadas en las calles con toda tranquilidad, mientras los coches se asomen por los balcones reclamándonos “sáquennos de aquí”. Aunque esto creo que ya ocurre para los que no pueden vivir sin él…
[1] «Cada vez que veo a un adulto sobre una bicicleta no pierdo la esperanza para el futuro de la humanidad.» H.G. Wells.
El Ayuntamiento de Zaragoza incluyó en su ordenanza ciclista la posibilidad de que las bicicletas pudieran circular por las aceras «de forma excepcional», una medida que se ha mostrado polémica en cuanto tiene la oposición de parte de la sociedad aragonesa (en particular, de la asociación Acera Peatonal, surgida a cuenta de este asunto). La asociación de ciclistas Pedalea, por su parte, tampoco parecía estar entusiasmada por esta posibilidad, y se ha mostrado en contra en algunas ocasiones. Ya saben que en este blog nos parece que la bici está mejor en la calzada, por muchos factores.
De cualquier modo, la sentencia se fundamenta en que la ley de tráfico aún vigente especifica que la bici es un vehículo y por tanto su sitio está en la calzada. La normativa de un Ayuntamiento, sea cual sea, no puede contradecir a otra ley o normativa de rango superior, y por tanto se declaran nulos ciertos puntos de la ordenanza zaragozana.
Esto tiene varias implicaciones: en primer lugar, dictada esta sentencia por el Supremo, podría extrapolarse a las normativas y ordenanzas de otros ayuntamientos que también incluyen esta posibilidad, y por tanto invalidarlas.
6. En el ámbito urbano, se podrá permitir que las bicicletas transiten por las aceras y demás zonas peatonales, en los términos que se establezcan mediante ordenanza municipal. En ningún caso podrá permitirse el tránsito de bicicletas por las aceras y demás zonas peatonales en los siguientes supuestos:
a) En las aceras que dispongan de una anchura inferior a 3 metros.
b) Cuando la densidad de peatones lo impida por causar riesgo o entorpecimiento indebido.
c) A una distancia inferior a 1 metro de la fachada de los edificios.
Los menores de 14 años podrán circular en bicicleta por las aceras y demás zonas peatonales, siempre que la densidad de peatones lo permita. Un adulto podrá acompañar a uno o varios menores circulando por la acera, en las mismas condiciones.
En la circulación del ciclista por la acera y por las demás zonas peatonales, el peatón tendrá siempre la prioridad sobre el ciclista y éste deberá adaptar la velocidad de su marcha para no poner en riesgo el tránsito normal de éstos.
Así pues, por una parte el Supremo impedirá circular por las aceras, de acuerdo con la ley vigente hasta el 9 de mayo, pero por la otra, si se aprueba el nuevo Reglamento con una redacción similar a esta, se podría volver a permitir cuando entre en vigor. En algún momento se ha dicho que esto ocurrirá antes del verano de 2014.
¿Qué pasará finalmente? Pues vaya usted a saber. Esto es como un culebrón: la divertida incertidumbre de si se puede o no circular por la acera, y cómo.
Actualización (28 de abril): el Ayuntamiento afirma que acatará la sentencia, pero que la ordenanza tal como está será válida a partir de la aprobación del nuevo Reglamento General de la Circulación, que esperan antes de septiembre. Así pues, entre abril y septiembre se acatará esta sentencia, y luego no porque ya no hará falta.O algo así. No estoy seguro de haberlo entendido. ¿Y ustedes?
Actualización (24 de septiembre): ahora resulta que, como la DGT no termina de lanzar el Reglamento, ese que era de aprobación «inmediata», el Ayuntamiento ha optado por acatar la sentencia borrando el carril bici del Pº Independencia y dando 15 días de gracia «informativa» a los ciclistas, a quienes ya no permite circular por las aceras desde el 23 de septiembre. El Reglamento no está y no se sabe cuándo llegará ni qué dirá a este respecto.
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