En algunos países, las leyes y políticas públicas intentan hacerse con criterio técnico, y se busca consenso en las cuestiones fundamentales, como la educación, los impuestos, las infraestructuras, o incluso la seguridad vial. Al final, querer que nuestros hijos salgan mejor formados de la escuela o que haya menos víctimas de accidente debería ser un deseo compartido por todos, seamos de izquierdas o de derechas. Y por eso, quizá nos convendría fijar políticas públicas basándonos en la evidencia y en métricas, y probarlas, evaluarlas y revisarlas igual que se hace, por ejemplo, en medicina.
Por ejemplo, en Australia, ese sitio tan particular donde los médicos hicieron valer su criterio con respecto al casco ciclista -con discutibles resultados-, hay quien plantea por fin revisar la obligatoriedad. El Parlamento del estado australiano de Queensland, y en concreto su Comité de Transporte, Vivienda y Gobierno Local, ha revisado la situación de las normativas ciclistas y propone:
- Obligar que se mantenga una distancia de seguridad en los adelantamientos a ciclistas, de entre 1 y 1,50 metros;
- Multar a los ciclistas con cantidades y penas similares a las que afrontan otros conductores de vehículos;
- Y lo más ruidoso: suprimir la obligatoriedad del casco en zonas con velocidad máxima inferior a 60 km/h y carriles para ciclistas.
Estas medidas se plantean con sus periodos de transición y sus métricas de ensayo, para poder evaluar si son buenas o malas y decidir con criterio si se hacen permanentes. Igualito que en España, ¿verdad?
Pueden consultar aquí la lista completa de recomendaciones (en inglés y PDF, claro).
Lamentablemente, el ministro de transportes de Queensland, Scott Emerson, ha rechazado la recomendación relativa al casco porque…
“Personalmente, creo con firmeza en los beneficios del casco y creo que los datos muestran que el casco reducen el riesgo de daños graves.»
Y seguramente, aunque no lo dice, porque es una decisión difícil de vender a su electorado. Al final también hacen las cosas como aquí: a dedo.
Lo que más me ha gustado leer es que, en su conjunto, calculan que por cada km recorrido en bicicleta y «robado» al coche, los australianos ahorran 60 céntimos por lo que deja de gastarse en sanidad, que al cambio actual son 40 céntimos de euro.
¿Cuánto llevas ahorrando tú? 😉