Es natural que cuando uno se dedica a una cosa le preste más atención y tienda a ignorar otros aspectos que, quizá, también tengan interés o ayuden a explicar una realidad. En sociología se le llama sesgo de encuadre. Es natural: los humanos somos un poco vagos y tiramos enseguida de prejuicios y experiencias previas.
Por ejemplo, si uno es médico, o pediatra, es muy fácil saltar a conclusiones quizá equivocadas en cuanto a las consecuencias de los accidentes de tráfico y cómo reducirlas. Si yo fuera médico, y me llegaran pacientes a urgencias por accidente de bicicleta, apreciando que la mayoría no llevaba casco, podría pensar que lo mejor es que el casco sea obligatorio. Uno tiende a pensar que el casco ciclista protege «mucho». Es humano, pero quizá no sea la verdad. Y sobre todo si se ignora un factor que es constante en la etiología del traumatismo craneoencefálico: el tráfico a motor.
Y no hay que olvidar que un casco nunca va a evitar un accidente: en todo caso, podrá paliar sus consecuencias.
En las comunicaciones orales de 2012 de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría se expusieron un par de estudios preliminares muy interesantes. Tratan de la epidemiología de los atendidos en Urgencias pediátricas por accidente de bici. Las conclusiones:
1. La mayor parte de los accidentes de bicicleta ocurren en varones. 2. Casi el 80% de los niños que circulan en bicicleta no llevan casco. 3. La colisión contra vehículos a motor es el mecanismo más grave. 4. El uso del casco mejoraría el pronóstico de estos pacientes.
Y las del segundo estudio:
1. Aunque los accidentes de bicicleta son una causa poco frecuente de consulta en los servicios de urgencias, suponen un alto coste en cuanto a consumo de recursos.
2. El traumatismo craneoencefálico asociado al no uso del casco, se asocia a mayor gravedad y necesidad de pruebas complementarias.
Ahá. Todo esto se ha sustanciado en un estudio multicéntrico de 2013 (que hemos encontrado):
Se incluyeron 846 pacientes, con una edad media de 9,6 ± 3,6 años y predominio del sexo masculino (72,9%). El traumatismo craneoencefálico (TCE) constituyó la tercera localización del traumatismo en frecuencia (22,3%) y la principal causa de ingreso en la UCIP (68,4%). El 77,9% de los accidentados circulaba sin casco, asociándose de manera estadísticamente significativa (p < 0,01) a una mayor incidencia de TCE y una mayor tasa de ingreso en UCIP. En la muestra se identificaron la edad (OR 1,063) y la colisión contra vehículos de motor (OR 2,431) como factores de riesgo de gravedad independientes.
Y las conclusiones:
Dado que el uso de casco reduce hasta en un 88% las lesiones del sistema nervioso central secundarias al traumatismo craneoencefálico, la principal medida de prevención debe ser la promoción de su uso. Circular por las zonas habilitadas para bicicletas puede disminuir la gravedad de los accidentes.
(El naranja y la negrita son mías).
A mí me parece que hay asunciones equivocadas y conclusiones precipitadas en este estudio y estas comunicaciones, que, por lo demás, al menos son un buen intento de obtener datos -porque recordemos que en España no tenemos casi nada tabulado-. Gracias por el intento.