Los cascos ciclistas, como otros sistemas de protección personal, tienen que cumplir unos requisitos de homologación. Queremos contaros cuáles son, averiguar de qué protegen exactamente y de qué va la cosa en general.
La normativa
En la Unión Europea, los cascos ciclistas para adultos tienen que cumplir de forma genérica la directiva 89/686/EC (también en español) que se refiere a «todo tipo de equipamiento personal de seguridad», y específicamente la norma europea EN 1078, con extracto disponible en castellano vía Aenor. En la directiva se indica específicamente que esta directiva excluye a…
Helmets and visors intended for users of two- or three-wheeled motor vehicles.
En otras palabras, los cascos de bici no sirven para ir en moto. La normativa europea de cascos para motocicleta incluye tres niveles de protección, según cubran y protejan la barbilla o no, y es heredada de la regulación 22 de las Naciones Unidas. ¿Y son muy distintos los requisitos? Han de serlo, a la vista de que unos no valen para lo otro.
Para empezar, el preámbulo de la transposición británica a la norma EN 1078, en lo demás idéntica al resto de normas europeas, dice:
[The standard] specifies requirements for helmets intended for use by pedal cyclists on ordinary roads, particularly by young riders in the 5 years to 14 years age group, but which may also be suitable for off the road. It is not intended for high-speed or long distance cycling, or for riders taking part in competitive events. The level of protection offered is less than that given by helmets for motorcycle riders and is intended to give protection in the kind of accident in which the rider falls onto the road without other vehicles being involved.
Fuente: Brian Walker, Cycle Magazine, July 2005 (PDF)
Es decir, ofrece menos protección que los cascos para moto, y está diseñado solo para accidentes en los que no interviene otro vehículo: cuando el ciclista cae contra la carretera.
No somos expertos en estadísticas, pero nos parece que la gran mayoría de accidentes graves en bicicleta no responden a esta tipología: alcances, atropellos y aplastamientos, la espantosa triple A. En 2009, el RACE achacaba gran parte de la responsabilidad en los accidentes ciclistas a los conductores: el 56% no reducía la velocidad al sobrepasarles y el 44% no les cedía el paso, por ejemplo. Y los propios datos de la DGT indican que en el 81% de accidentes cicilstas documentados en España intervinieron dos o más vehículos.
¿Protege entonces el casco tanto como prometen? ¿Y de qué protege? Continuar leyendo «La homologación del casco ciclista»