De la serie sobre política y bicis en el Parlamento Europeo.
En estas elecciones Esquerra Republicana de Catalunya presenta un programa bastante prolijo, en que se dan líneas maestras de actuación en múltiples ámbitos, pero en el que lo más llamativo son las reivindicaciones de carácter nacional.
Quizá a consecuencia de esto, proponen medidas de cooperación «transfronteriza» (entiéndase, de Elche a Perpignan, lo que denominan arco mediterráneo).
Se presenta una única propuesta concreta de infraestructuras, la creación de una línea de alta velocidad ferroviaria, pero al menos -a diferencia de CiU- no proponen más carreteras. El resto de objetivos se cuentan todos con verbos: impulsar, potenciar, promover, dotarse…
ERC no hace referencia explícita a la bicicleta, la seguridad vial, el transporte activo o la intermodalidad en su programa, pero sí parece ser consciente de la necesidad de reducir el uso de transporte por carretera, tanto de personas como de mercancías, y propone medidas específicas (optimización de las carreteras ya construidas, peajes e impuestos medioambientales). Tampoco hace referencias explícitas al modelo de ciudad o al transporte urbano.