Desde el Cercle Gerrymandering, una página catalana con énfasis en el análisis político, nos comentan que Andreu Orte ha publicado un argumentario (en catalán) sobre la obligatoriedad del casco ciclista, que desmonta desde varios puntos de vista la supuesta bondad de la medida.
Resumiéndolo mucho:
- El mayor uso de bicicleta ha reducido la siniestralidad relativa en Barcelona, sin que se haya planteado ningún problema serio de incremento de traumatismos. La DGT considera solo la perspectiva clínica y parece ignorar otras posibilidades para reducir la accidentalidad y sus consecuencias (factores urbanos, comportamiento de otros vehículos, reducción del riesgo de accidentes en vez de simplemente plantear un paliativo).
- La literatura científica existente al respecto de la efectividad del casco es poco robusta y se centra en efectos a corto plazo.Los efectos de la obligatoriedad son perniciosos porque:
- Presenta a la bici como potencialmente peligrosa y desincentiva a quien aún no es usuario;
- Podría fomentar un uso menos responsable entre los usuarios actuales;
- Plantea problemas serios a los programas de bici pública.
- No parecen haberse tenido en cuenta efectos positivos del mayor uso de bicicleta como la reducción de costes en sanidad o la mejora de la calidad del aire de las ciudades, cuestiones en las que existe un acuerdo muy amplio.
Interesante, ¿verdad? Pues lean, lean, y si no hablan catalán, tiren de traductor.