Es que no nos da tiempo a leer todo lo que tenemos pendiente. En Andalucía, la Junta del Partido Socialista ha aprobado el Plan Andaluz de la Bicicleta (PAB), que compromete inversiones de unos 421 millones de euros a 7 años.
Como 421 millones es bastante dinero y circula toda suerte de intereses, la noticia ha levantado polvareda en la política y los medios andaluces. Se puede leer de todo. A parte del PP le parece que la cosa no creará trabajo suficiente, y al PSA le parece que se amortizará en un año. En general, y sin que quepa sorpresa, los medios afines a los partidos en el poder dicen que bastante bien y los otros que es un dispendio innecesario. Como no queremos quitarles la emoción de elegir su propia postura, preferimos que elijan ustedes en Google Noticias el sesgo que más les guste.
Y si quieren olvidarse de sesgos, consulten directamente el Plan tal como lo publica la Junta (PDF), accedan a la página de la Junta sobre el Plan o bien a la descarga de documentos por ciudades/temas. El PDF es muy largo, e incluye redes ciclistas propuestas para las mayores ciudades. Si son ustedes andaluces y van en bici, es una buena lectura para el domingo.
No podíamos renunciar a hacer un par de observaciones sobre el asunto. ¿Les interesa? Sigan, sigan.
Necesita consenso
A título personal, me parece que el plan tiene muchas cosas buenas pero está amenazado por cuestiones políticas. Es fantástico que haya voluntad política y presupuestaria de impulsar el uso de la bicicleta como transporte y como vehículo turístico, pero esto no se puede hacer si no hay acuerdo de todas las instituciones implicadas, y me refiero a esos ayuntamientos de signo contrario a la Junta que se oponen a este Plan. Seguro que hay detalles mejorables, pero no entiendo la oposición al plan en su conjunto. Convendría quizá pedirle al Sr. Maroto, alcalde de Vitoria por el Partido Popular, que se pase por Andalucía y les hable de los beneficios que ha traído la apuesta unánime por la bicicleta en Vitoria. Porque esto de la bici no es cosa de partidos ni de ideologías. Es comodidad, rapidez, calidad de vida y salud.
Sobre el dinero que cuesta el plan, les digo la verdad: no sé si es mucho o poco. Me encantaría leer opiniones a ese respecto. Sí que podemos comparar cifras: el PAB propone invertir 421 millones en 7 años, unos 60 millones anuales, y solo en 2014 el Ministerio de Fomento invertirá 335 millones en carreteras para Andalucía; el nuevo puente de la bahía de Cádiz ya se come, él solo, 60 millones. ¿Mucho, poco, suficiente, insuficiente?
Centrado en infraestructuras
Se distingue una red autonómica para cicloturismo/ocio y otras redes municipales para desplazamiento, ambas interconectadas entre sí y con las redes de transporte público.
El grueso del plan tal como se publica propone infraestructuras, y habla menos de intervenciones de sensibilización o difusión. Indica que se harán planes sectoriales desde distintas Consejerías de la Junta, y se definen criterios; también propone herramientas de difusión y para canalizar propuestas, pero lo hace con mucho menos detalle que el que se dedica a la propuesta de infraestructuras.
La Junta tiene la intención de coordinar los criterios técnicos para unificarlos y simplificar la tarea a los técnicos municipales, lo que es una idea excelente. También propone unificar las ordenanzas municipales, una auténtica necesidad. Así, en los objetivos se propone definir una estrategia general (asumo que replicable) de difusión de la bicicleta, y al aplicarlo adaptar este plan estratégico a las peculiaridades de cada aglomeración.
Esquivando el debate sobre si la mejor solución es destinar dinero a infraestructuras -entre otras cosas porque el Plan indica que se reutilizarán las existentes y se recomendará compartir plataforma con el coche donde sea preciso, y no aboga por construir carriles bici sin ton ni son-, me preocupa que no se haga hincapié suficiente en la concienciación de los usuarios. De todos: conductores, pero también ciclistas y peatones. Las personas son las que deben luego encontrar uso a las infraestructuras, nuevas o antiguas, y si no encuentran motivos para cambiar seguirán fieles a sus costumbres.
Y además, si hay ciudades que aplican el plan a regañadientes, y que por tanto pueden negarse a destinar recursos a promoción o dificultar la ejecución, se plantea una amenaza para su éxito.
No obstante, el plan acaba de presentarse y tiene una hoja de ruta larga: hasta 2020. Por el camino quedan muchas decisiones que tomar y muchas propuestas que considerar. Si se logra consenso y apoyo de los municipios, y si se encuentra una estrategia replicable de promoción y sensibilización, seguramente conseguirá sus objetivos. Esperemos que así sea.
PD: Marbella (gobernada por el PP) ha protestado por no estar incluida en la primera fase del plan. Lo raro es que otras fuentes indican que ya está incluida, y en el propio plan aparece como parte de la red autonómica, en el eje 5 (litoral). Seguramente se refieren a que no se incluye en la red metropolitana de Málaga, que llega hasta Fuengirola.