…aunque podría serlo más. Tal vez les extrañe esta afirmación, y más en este blog, pero en España predomina un tipo de transporte urbano muy sostenible, el menos contaminante que existe: los pies.
Hemos localizado una base de datos creada por la plataforma de movilidad europea EPOMM, llamada TEMS, que codifica los repartos modales en unas 300 ciudades, principalmente europeas, y los resultados son sorprendentemente buenos para las ciudades españolas que han enviado sus datos.
Hay que tomarlos con cautela, dado que la supervisión es mínima y esta información podría no incluir los desplazamientos desde las áreas metropolitanas de los alrededores hacia el centro de la gran ciudad (para entendernos, de Leganés a Madrid, por ejemplo). Los datos tampoco corresponden a los mismos años, así que puede haber alguno anticuado (notoriamente, el de Sevilla, que ha mejorado mucho en los últimos años). Aún asi, a falta de datos con idénticos criterios, sirve como indicador.
Es una herramienta interactiva: pueden ustedes mismos hurgar en los datos y revisarlos a su gusto, para comparar ciudades, o buscar según sus criterios de interés… No se corten.
Reparto modal en los Países Bajos
Dinamarca
Francia
Portugal
España
Los modos de transporte más sostenibles son en primer lugar, caminar; en segundo, la bici, y en tercero, el transporte público. El menos sostenible es el transporte privado en moto y coche. Y como ven, España destaca en esta comparación en la cantidad de personas que hacen trayectos urbanos a pie y en transporte público. Solo algunas ciudades del sur rondan el 50% en el reparto de los desplazamientos en coche, y alguna ha mejorado mucho desde que se dieron estas cifras (Sevilla). Seguramente será a consecuencia del urbanismo compacto de nuestras ciudades y de nuestras redes de transporte público, que son muy buenas, en particular en las ciudades más grandes.
No estamos tan mal. Ahora bien, si logramos que parte de esa columna gris del coche pase al verde del peatón o al azul de la bicicleta, estaremos todavía mejor.
El reto es que la ganancia de usuarios de la bicicleta se produzca a costa de la columna de los coches, y no de la verde peatonal ni del transporte público. ¿Creen que lo conseguiremos? ¿Estamos aplicando la estrategia correcta?