Hoy hablamos de titulares tramposos; solo daremos un par de notas rápidas. El diario El País cuenta la creación de una nueva Área de Prioridad Residencial (APR): «Madrid cerrará su centro al tráfico».
Luego lee uno la noticia y eso de «cerrar», bueno, meh:
Los vehículos que no pertenezcan a vecinos de esa zona tendrán limitado el paso a las grandes avenidas. Al área vedada sí podrán acceder aquellos conductores que vayan a estacionar en los 13 aparcamientos encerrados en el perímetro. Sin embargo, el Ayuntamiento cotejará a diario las matrículas para que quien luego no estacione allí (por ejemplo, porque el aparcamiento esté lleno) sea sancionado. Las infracciones se vigilarán con 22 cámaras de seguridad, y se castigarán con 90 euros de multa.
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Con esta medida, que profundiza en la política de peatonalización del centro de Madrid impulsada por el anterior alcalde y ahora ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón (PP), el Ayuntamiento pretende reducir en más de un tercio el tránsito de vehículos por las zonas restringidas. “El objetivo principal es reducir el tráfico de paso a través de los barrios y de agitación en busca de estacionamiento, al tiempo que aumentar las plazas de estacionamiento para residentes”, aduce.
«Reducir en más de un tercio el tránsito de vehículos» parece bastante distinto de «cerrar». «Cerrar» es corte total, ¿no? Y no es eso.
Recopilamos:
- Los residentes en la zona seguirán pudiendo acceder con sus coches
- Los taxis y autobuses, aunque no lo dice expresamente la noticia, suponemos que también; ya pueden acceder a las otras APRs de Madrid
- Los no residentes que quieran usar un párking (privado) que esté en esas zonas, también podrán acceder
- Todos los vehículos podrán seguir circulando por las grandes avenidas y algunas calles anchas
- Las motos tendrán acceso de 7 de la mañana a 10 de la noche
Parece que el verbo «cerrar» no expresa adecuadamente lo que va a pasar. «Restringir», sí, pero «cerrar», no. A priori, parece una buena noticia.
Habrá que divulgarlo en condiciones para que otros medios no empiecen a hablar de «multas trampa» como hace, por ejemplo, el ABC. La idea, suponemos, es fomentar aún más que el acceso al centro urbano se haga sin coche. Suena bien. Veremos qué pasa.
Actualizo: en Ecomovilidad han publicado un análisis más detallado, que al fin y al cabo viven allí. Y en otro tipo de análisis, en Rueda y carril se preguntan si servirá de algo todo esto: ¿ha pensado el Ayuntamiento en reforzar el transporte público?