Que no, que por la acera no vamos bien en bici. No se circula con comodidad.
Y no me refiero a esos molestos peatones que insisten en caminar por ahí como si fuera su sitio legítimo.* Es una cuestión mucho más sencilla, de velocidades y trazados.
Verán, una bicicleta, salvo que lleve ruedines,** requiere una velocidad mínima para mantenerse en equilibrio, algo superior a la de un peatón a buena marcha. A ojo, un peatón que camine rápido circula a unos 6 Km/h y una bici requiere 8 Km/h de mínima. Es una cuestión de física un tanto complicada de explicar, pero patente en el uso: en bici siempre iremos más rápido que los peatones. Si circulamos «a paso de persona», como proponía el antiguo código de la circulación, tendremos que hacer equilibrios con el manillar para no caernos.
Y eso hablando de mínimos: en ciudad, un recorrido en bicicleta se hace a aproximadamente 15 Km/h de media, contando paradas, con puntas de 30 o incluso 40 Km/h si pilla una buena racha. Son cifras medidas en Copenhague, pero no difieren mucho en el resto del mundo. Recordemos que el 56% de los ciclistas de allá declaran elegir la bici por velocidad, 37% por comodidad y 29% por ahorro, no por ecología ni otras cuestiones etéreas.
Así que cuando se proyecta una vía de este tipo, entre las cosas a tener en cuenta es que se pueda circular a velocidades útiles y cómodas.
Los (buenos) manuales técnicos de ayuda a los planificadores urbanos lo saben y recomiendan velocidades objetivo para el diseño: por ejemplo, el manual de Cataluña recomienda mínimos de 30 Km/h en pistas de uso exclusivo de bicicletas. Y a su vez, esta velocidad objetivo del diseño requiere unos radios de giro mínimos para las curvas.
Una curva muy pronunciada (de poco radio) ha de tomarse a poca velocidad; una más «abierta» (de mayor radio) podrá hacerse más rápido. Si tomamos una curva muy pronunciada a alta velocidad, nos saldremos de la vía. Tienen una explicación más detallada en Cifras y Teclas (donde además les hablan de la clotoide, una curva de radio variable que se usa mucho en carreteras). Los técnicos de movilidad que hacen las cosas bien*** saben esto y planifican los trazados de las vías en consecuencia. Al menos, en las calzadas y carreteras es así: todas las curvas muy pronunciadas tienen indicadores de velocidad máxima, y las autovías y autopistas tienen requisitos muy estrictos respecto al radio mínimo de sus curvas.
Pero a algunos técnicos no les dejan hacer las cosas bien, o no se aplican a conciencia con las vías para bicis, y a veces les salen barbaridades y chapuzas que luego no son cómodas para ciclistas.
Una bici circula cómodamente a un mínimo de 10 Km/h, pero en los carriles bici a veces plantan curvas que requieren pasarlas a 5 Km/h. En ocasiones incluso lo exigen en aceras bici, con la excusa de que no haya atropellos. Es absolutamente demencial y demuestra que quien propone ese límite no monta en bici, o no la conoce como es debido. ¿Alguien ha logrado montar en bici a 5 Km/h? Es mucho más difícil que ir a 15; es preferible desmontar y caminar rápido.
Así pues, si las curvas del trazado son incómodas, la vía ciclista pierde parte de su utilidad, que es permitir que el ciclista viaje seguro, cómodo, rápido y sin poner en riesgo a otros usuarios. Por eso muchos ciclistas se oponen a que el uso de esas vías sea obligatorio: porque hay demasiados carriles con trazados tortuosos, y porque cuando haya ganado experiencia con el tráfico, el usuario preferirá circular por la calzada a usar un carril que le fuerza a ir demasiado despacio.
En las aceras, obviamente, no se contempla ningún requisito de radio mínimo. Están pensadas para peatones, que pueden cambiar de dirección sin ocupar espacio. Por tanto, igual que en una vía ciclista mal diseñada, si uno circula por la acera en bici se encontrará curvas que le forzarán a reducir mucho la velocidad, tanto que le resultará incómodo.
En las calzadas, pensadas para vehículos, no se plantea ese problema. Puede tomar las curvas muy rápido. Haga la prueba, con precaución, pero hágala.
La gente que no baja a la calzada con la bici se enfrenta a estas posibilidades:
- o circula por la acera a una velocidad incómoda para una bici y esquivando peatones,
- o circula por la acera demasiado rápido con riesgo de atropello de peatones,
- o se tiene que aguantar con el carril bici que le diseñen, muchas veces apto solo para velocidad de peatón.
En esas circunstancias, la bici o es un riesgo para los peatones o no está aprovechando su potencial de ahorro de tiempo, y encima no es tan cómodo como debería. Y lo que es peor, por otro lado: estos carriles bici «chapuza» suelen robar espacio a las aceras, no a la calzada.
Robar espacio a las aceras para una cosa que no es cómoda y que termina por no usarse. ¿No es mejor hacer las cosas bien?
Si va a planificar un carril bici en su ciudad, tenga en cuenta velocidades y trazados prácticos y realistas, por favor. No tire el dinero en artefactos extraños. Si un buen trazado adecuado en velocidad no cabe y requiere robar espacio a la acera, valore otras alternativas.
Y si va a coger usted la bici en su ciudad, que es una cosa estupenda, pídale a su ciudad carriles decentes, y si no anímese a bajar a la calzada, que seguro que nota la diferencia en tiempo. Y cuantos más seamos en la calzada, más seguros estaremos.
Si no se atreve a circular por la calzada el primer día, cosa que es normal, no se preocupe. Como cuando aprendió usted a andar, una nueva forma de moverse requiere adaptación. Plantéese un plazo de aprendizaje, recurra a los cursos que organizan muchos ayuntamientos, pregunte si hay alguna asociación en su pueblo o ciudad que pueda ayudarle. Hay miles de recursos a su alcance y mucha gente bien dispuesta.
Pero por favor, no vaya usted por la acera. No se lo pido solo por respeto a otros (que también): se lo recomiendo por su propia comodidad.
(*) Captarán ustedes las ironías. Espero. De ese tema hablaremos otro día, si es que hace falta hablar más después de lo comentado sobre Vitoria.
(**) Si necesita usted ruedines para guardar el equilibrio, probablemente no será buena idea que circule por la calle en soledad. No tenga miedo: la práctica le hará ganar seguridad. Y si recurre a un curso de aprendizaje, mejor: se conoce gente y es divertido.
(***) Y a quienes les dejan hacerlo bien, que la voluntad política y presupuestaria influye mucho.
PD: en Sevilla proponen reducir la velocidad máxima de las bicicletas a 15 Km/H y como es lógico sus asociaciones ciclistas se oponen por «imposible de aplicar». Pues creo que llevan razón. No tiene sentido alguno.